Escape de Sobibor aborda el relato del único caso conocido en el que un levantamiento masivo en un campo de exterminio se saldó con éxito. La revuelta, organizada conjuntamente por el judío polaco Leon Feldheller y el ruso Alexander “Sasha” Pechersky, estalló el 14 de Octubre de 1943, cuando los prisioneros pudieron hacerse con varias armas de fuego, matar a una decena de guardias de la SS y escapar por la puerta principal del campo. Alrededor de 300 prisioneros lograron evadirse, y aunque solo algo menos de un tercio de los fugados escaparon definitivamente, Himmler dió órdenes de cerrar el campo, demoler las cámaras de gas, y eliminar cualquier evidencia de la existencia de las construcciones de Sobibor.
Inspirándose en estos hechos y sobre la base de los relatos y testimonios de los supervivientes del campo aparecidos tras la guerra, bajo los auspicios de la BBC, la historia de la fuga de Sobibor fue adaptada para la pequeña pantalla en forma de telefilm, si bien hay que decir que se trata de una producción televisiva de una calidad por encima de la media. Se nota que la productora pública británica manejó un generoso presupuesto, pudiendo contar con un reparto de encabezado por actores de primera fila como Alan Arkin, y Rutger Hauer, cuya interpretación del prisionero ruso Sasha Pechersky le valió para hacerse con el Globo de Oro a la mejor interpretación masculina de ese año. Además, la recreación del campo de Sobibor resulta bastante esmerada y realista. Por otra parte, el film tiene varias escenas que transmiten una notable intensidad dramática, como la que muestra la llegada del tren de prisioneros y la “clasificación” de los mismos, bajo los acordes de la música clásica que los altavoces del campo hacen sonar; el gaseamiento masivo que presencia desde fuera de la cámara de gas uno de los prisioneros; o la escena del ametrallamiento de los prisioneros capturados tras intentar huir y obligados a elegir a un compañero de cautiverio para ser fusilados conjuntamente.
Por ponerle algún «pero» habría que señalar que la segunda mitad del film, que narra la preparación y ejecución del plan de fuga, baja algo el nivel respecto a la primera parte, resultando en ese aspecto más lineal y menos dramática. Pese a lo cual no puede negarse que “Escape de Sobibor” es un producto de esmerada factura formal, notable ambientación y buenas interpretaciones. Una interesante visión acerca del funcionamiento de los campos de exterminio y una más que digna producción televisiva. Sin duda, un título recomendable.