Bizancio, el Imperio perdido

Desde que, a finales del siglo IV, Teodosio dividiera el Imperio romano en dos, ambas partes corrieron una suerte distinta. Mientras el de Occidente sucumbía a las invasiones bárbaras, el de Oriente, también llamado bizantino, consolidaba un imperio que habría de durar hasta 1453. Durante sus diez siglos de historia, los emperadores bizantinos tuvieron como objetivo recuperar los territorios del antiguo Imperio romano. Gracias a las campañas militares de sus generales, Justiniano no sólo consiguió en buena parte este deseo, sino que modernizó el marco judicial en sus dominios y dejó constancia de su gusto arqutectónico a través de importantes construcciones, como la basílica de Santa Sofía. Bizancio contribuyó a defender el Occidente europeo de la expansión del Islam. Fue uno de los principales centros comerciales del mundo y, gracias a su impulso, se conservaron y transmitieron muchas de las obras literarias y científicas del mundo antiguo. Las imágenes y los comentarios de este documental nos permiten viajar recorriendo las ruinas de un imperio que iba a durar más de mil años.

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