Mes: febrero 2018
El último discurso de Stalin – 14 de Octubre de 1952
Los carteles de la revolución rusa
Repasamos la historia de la revolución bolchevique a través de propagandas y carteles de la época
Diez mitos que aún creemos sobre la ‘gripe española’ de 1918
La que es considerada como la mayor pandemia de la historia tuvo lugar hace 100 años, pero todavía no hemos entendido lo más básico
El auditorio municipal de Oakland (EE UU) se usó como hospital temporal para los afectados por la pandemia de 1918. GETTY / VÍDEO: EPVhttps://youtu.be/zpvtVweXna0
Este año se conmemora el centenario de la gran pandemia de gripe de 1918. Se cree que en ella murieron entre 50 y 100 millones de personas, lo cual representa nada menos que el 5% de la población mundial. Quinientos millones de personas se contagiaron.
Fue la gripe española
LA ACTUAL PANDEMIA TIENE POCO QUE VER CON LA EPIDEMIA DE 1918. LO CUENTA JOHN WITHINGTON: LA FALTA DE HIGIENE Y DE SANIDAD PROVOCARON MÁS VÍCTIMAS EN EL PLANETA QUE LA I GUERRA MUNDIAL
Es posible que la primera pandemia de gripe fuera la de 1580, cuando el virus atravesó Asia y África, causando muchas víctimas en Italia, España y Alemania. Fue entonces cuando adquirió su nombre, que en inglés es influenza, palabra italiana que se le asignó porque se creía que era debida a una mala influencia astrológica.
El peor brote fue el que empezó en los últimos meses de la Primera Guerra Mundial, y que finalmente se cobraría más víctimas que el propio conflicto. En febrero de 1918, la «fiebre de los tres días» afligía a ocho millones de españoles; entre ellos, el rey Alfonso XIII. En Madrid llegó a atacar a un tercio de la población. Los pacientes sufrían una fiebre de cuarenta grados y un dolor en la cuenca de los ojos, en los oídos y en la zona lumbar, que luego parecía sentirse en todo el cuerpo. Al cabo de tres días, la mayor parte se recuperaba. La dolencia llegó a conocerse como «la gripe española», aunque son muchos quienes creen que ya había aparecido antes entre las tropas desplazadas, posiblemente en los campamentos norteamericanos, donde se reunían los soldados antes de salir rumbo a Europa, pero que no se había comunicado porque le hubiera resultado muy favorable al enemigo. En España, que fue neutral durante la guerra, no se mantuvo en secreto.
Un virus letal enterrado en un ataúd de plomo desde 1919. Sir Mark Sykes
Científicos británicos quieren buscar claves sobre la ‘gripe española’ en el cadáver de un aristócrata
Sykes murió de la llamada gripe española y fue enterrado en un ataúd de plomo sellado herméticamente; por ello los virólogos esperan que su cuerpo se encuentre en buen estado y pueda ofrecer información sobre los mecanismos de actuación del virus de la gripe aviar.
La gripe de 1918 pudo ser española
Un estudio indica que en Madrid estuvo el origen de una cepa letal del virus
JAVIER SAMPEDRO.ELPAÍS. Madrid
Soldados estadounidenses convalecientes de la gripe española en 1918 en Langres (Francia). AGE FOTOSTOCK
Los españoles no nos vamos a librar tan fácil de ese bochorno secular de ser los causantes de la mayor mortandad del siglo XX. Nos sacudíamos la deshonra hasta ahora sosteniendo que la denominada gripe española —la pandemia que mató a 50 millones de personas en el mundo en 1918, cinco veces más que la I Guera Mundial que acabó justo ese año— no iba con nosotros, que la denominación estaba mal puesta por un equívoco de la prensa de la época. Pero quizá no fue así: quizá la gripe española, el peor asesino en los registros de los epidemiólogos, haya sido nuestra gran contribución a la historia mundial de la infamia del siglo XX. Pero si se sienten responsables, no se preocupen: es solo una nueva hipótesis por el momento.
La ‘gripe española’ de 1918 se debió a un sutil cambio de un virus aviar
China admite problemas ante la epidemia actual.
La peor epidemia global de la historia, la llamada gripe española de 1918, que mató entre 20 y 40 millones de personas, fue una gripe del pollo cuyo virus primero se mezcló con la gripe humana vulgar y después se adaptó sutilmente a nuestra especie, según un estudio que hoy publica Science. Ayer Vietnam anunció dos muertes por gripe del pollo, lo que eleva a 11 el número de fallecidos en ese país, y en Tailandia se registró la quinta víctima mortal.
Las conclusiones del estudio, realizado por la Universidad de Harvard y el Instituto para la Investigación Médica de Londres, aunque no pueden aplicarse directamente a la actual epidemia de gripe del pollo en Asia, muestra cómo sutiles alteraciones del virus de esa enfermedad pueden agravar la expansión.
La gripe española, 90 años después
Si se presentara ahora una pandemia como la gripe española de 1918, que afectó a la mitad de la población mundial y causó entre 25 y 40 millones de muertes, sólo en España podría matar a medio millón de personas y causaría, en todo el mundo, entre 62 y 72 millones de fallecimientos
ANTÓN ERKOREKA.ELPAÍS.8 MAY 2009 – 13:04 CEST. Anton Erkoreka es director del Museo Vasco de Historia de la Medicina y autor del libro ‘La pandemia de gripe española en el País Vasco (1918-1919)’
El fantasma de la ‘gripe española’
La pandemia acabó en 1918 con cuatro veces más muertos que la Gran Guerra
JAVIER SAMPEDRO ELPAÍS. Madrid
La I Guerra Mundial terminó en 1918 con nueve millones de muertos. La gripe española de ese mismo año acabó con la vida de 40 millones de personas. Fue la peor de las tres epidemias mundiales de gripe del siglo XX (1918, 1957 y 1968), y de hecho la peor pandemia de cualquier tipo registrada en la historia. El virus que la causó no venía de los cerdos, sino de las aves, pero era un H1N1, como el actual. El H1N1 era un virus aviar hasta 1918, y fue la gripe española quien lo convirtió en una cepa humana típica.
El falso origen de la gripe española
Cuando se cumplen 100 años de una de las grandes pandemias, un libro indaga en el origen e impacto de una enfermedad que, pese a su nombre, no nació en España
Enfermos de gripe en un hospital militar norteamericano en Francia. EVERETT COLLECTION (CORDON)
Cuando surge una nueva amenaza que pone en peligro la vida, la primera preocupación y la más apremiante es ponerle un nombre. Una vez nombrada, se puede hablar de ella. Se pueden proponer soluciones, y adoptarlas o rechazarlas. Así pues, la asignación de un nombre es el primer paso para controlar la amenaza, aunque todo lo que transmita el nombre sea una ilusión de control. Hay una sensación de urgencia al respecto y se ha de hacer cuanto antes. El problema es que, en los primeros días de un brote, puede que quienes observan la enfermedad no tengan una visión completa y malinterpreten su naturaleza u origen. Esto genera todo tipo de problemas posteriores.