Fútbol y fascismo: los mundiales de Mussolini y Hitler

Publicado por Cristóbal Villalobos en Jot Down. Agosto 2013

Sus miradas se cruzaban en el plasma a cámara lenta, en un plano eterno digno de un western de Sergio LeoneCasillas frente a Buffon. Solos ante el peligro, con un muro de silencio entre ellos inquebrantable al griterío de las gradas. En las casas, el respetable se santiguaba y pensaba, «otra vez en cuartos no, por Dios. Otra vez no» y retenía la respiración a cada lanzamiento.

Aquellas paradas del Santo, a De Rossi y Di Natale, y aquel último penal de Cesc, acabaron por desmontar un viejo mito, el de la maldición de cuartos, que nos condenaba, verano tras verano, al fango de la derrota y la depresión nacional. Desde entonces, y hasta hace poco, solo la victoria.

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El jovencito Mussolini

Publicado por Íñigo Domínguez en Jot Down. Abril 2017

Lo negro, en Italia, se asocia de inmediato a algo que en el resto del mundo ni se les ocurre así de repente: lo negro es el fascismo. En oposición a rojo, se entiende. Se habla de terrorismo negro, de servicios secretos negros y demás variaciones. Las camisas negras, terribles para el verano y para muchas otras cosas marcaron una moda que aún tiene una huella profunda. Cuando el cantante colombiano Juanes triunfó hace unos años con la canción de «La camisa negra» en Italia se convirtió en temazo de las verbenas fachas.

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Eva, ¿qué viste en Adolf?

Publicado por Álvaro Corazón Rural en Jot Down

Quienquiera que haya pisado el aula de un colegio sabrá de la atracción que causan los malotes. Chicos agresivos por fuera pero delicados por dentro; chavales que protegen su sensibilidad con una coraza impenetrable. Víctimas de la sociedad en el barrio chungo que se ven obligados a traficar con medias chinas de hachís para sobrevivir en un entorno hostil y despiadado. Van en moto. Tienen movidas. Escupen por el colmillo. Chocan la mano en escorzo y le miran mal a usted, que está leyendo tranquilamente el Don Miki en un rincón del patio sin meterse con nadie. A estos tipos duros solo los dejará fuera de juego la pérdida de encanto a determinada edad. Con treinta y muchos se les va el brillo a los macarras. Pero, entre tanto, un elevado porcentaje de las masas querrá aparearse solo con malotes. Usted no tiene nada que hacer. Pajas y Don Miki, ese es su sino mientras merodeen malotes torturaditos a su alrededor.

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August Kubizek y Adolf Hitler: una amistad en la edad del pavo

Publicado por Álvaro Corazón Rural en Jot Down

August, renombrado Gustav o Gustl por Hitler, que en plan simpático le cambió el nombre, era un crío con problemas. Quería ser músico, pero su padre le obligaba a trabajar de tapicero, el negocio familiar. No obstante, August acudía siempre que le era posible a la ópera él solo. Un día vio que había otro joven que también iba sin compañía alguna y se fijó en él, naturalmente. Le llamó incluso «competidor», suponemos que en soledad. Así nos lo describe:

Era un joven curiosamente pálido, delgado, de la misma edad aproximadamente que yo, que seguía con ojos resplandecientes la representación. No cabía duda de que era de una casa acomodada, pues iba siempre pulcramente vestido y se mostraba sumamente reservado. Sigue leyendo

La violación de Nankín: el genocidio del Imperio del Sol Naciente (1937)

Publicado por Iván Giménez Chueca. Jot Down

Las imágenes de los crímenes contra la humanidad en la Segunda Guerra Mundial suelen ir ligadas al Tercer Reich y al Holocausto. En el frente del Pacífico, las atrocidades que cometió Japón han quedado a la sombra del terrible punto y final que fueron las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Pero en Asia también se produjeron casos de horror extremo contra los civiles con decenas de miles de muertos. Del más terrible de estos casos se conmemora ahora el 80 aniversario. Fue el asalto a la ciudad china de Nankín, comenzó el 13 de diciembre de 1937 y se extendió a lo largo de ocho semanas de auténtico sufrimiento para sus habitantes. Sigue leyendo