(Viene de la segunda parte)
“¿Qué otra cosa podría desear para los demás sino paz y tranquilidad?” Hitler, 1935
Los carteles de propaganda política de la primera mitad del siglo XX ya fueran nazis, soviéticos, estadounidenses o de ambos bandos de la Guerra Civil española, no solo suelen ser muy atractivos estéticamente, también resultan enormemente interesantes por su carga semiótica, por la manera en que intentan expresar unas ideas. Sobre estas líneas tenemos uno del Partido Nazi para las elecciones del Reichstag de julio de 1932. El texto dice “Los trabajadores hemos despertado”, y como es costumbre en este partido está protagonizado por un supermacho alemán de mandíbula granítica, aquí representado como un auténtico gigante, con el brazo arremangado y el botón de arriba suelto para que veamos que está fuerte. En esta ocasión, sin embargo, no mira solemnemente al horizonte embargado por alguna emoción patriótica, sino hacia unos enanitos a los que muestra una mueca de desprecio y actitud desafiante, con el puño cerrado dispuesto a romper cabezas.